En la parashá de Devarim, la Torá habla de las postreras alocuciones de Moshé.
Un discurso crítico, enfundado en diálogos y amonestaciones, que registra un tono explicativo y hasta preventivo. De acuerdo con los comentaristas bíblicos, once días le llevó a Moshé “hablar” todas estas cosas a los hijos de Israel, que habrían de cumplir el mandato Divino de heredar la tierra.
Son las “palabras” con que Moshé inicia un recorrido por la historia espiritual de su pueblo a quien ama, a quien reprende…
El calendario hebreo, hace coincidir esta parashá – “Ele ha-Debarim” – con el Shabat que precede a la triste fecha de “Tishá be-Av”, el ayuno del 9 de Av, día de la destrucción del Templo. Este Shabat ha sido denominado “Shabat Jazón” es decir, el “Shabat de la Visión Profética”, en alusión a la Haftará que leemos en el Profeta Isaías, Capítulo 1, que comienza con la expresión: “Jazón Yeshaiáh ben Amotz” – “Visión profética de Isaías” y que describe la realidad perversa de la sociedad hebrea en tiempos de la destrucción del Primer Templo. Y nos preguntamos: ¿Por qué esta elección?
La lectura de la Torá del presente Shabat, contiene un versículo que se inicia con una expresión que se reitera en la lectura de la Haftará en Isaías Cap. 1. En ambas figura el término “Eijá” – “Cómo es que…”. Este término inicia también el libro de Eijá (Lamentaciones, del profeta Jeremías) escrito después de la destrucción del Templo: “…Cómo es que (Eijá) se quedó sola, la ciudad tan habitada…”
¿Cómo explicar este “triple” “Eijá”? Moshé, Isaías y Jeremías. Así Moshé que vio al pueblo de Israel en todo su esplendor y en quietud, expresó: “¿Cómo es que (Eijá) he de sobrellevar yo solo vuestras necesidades y vuestra carga?” El profeta Isaías quien presenció el momento de encaminarse hacia el mal del pueblo, clama (Cap. 1:21): “Cómo es que (Eijá) se ha tornado ramera la ciudad fiel!”. Jeremías quién asistió a su denigración y humillación, exclama conturbado: “¿Cómo es que (Eijá) está sentada solitaria la ciudad que estaba llena de gente?”.
En aquella noche, en el tristemente célebre episodio de los doce espías, es cuando comienza a “tejerse” la palabra “Eijá”… Una suerte de debilidad histórica, que nos habla acerca de la carencia de Fe, de Confianza, y Fidelidad.
“Eijá” nos enfrenta a tres épocas, nos cuestiona algo más que tres preguntas; esperemos que genere en nosotros algo más que tres respuestas.
Con dolor, y reflexión, recibimos este Shabat. Aguardemos al próximo Shabat – “Del Consuelo” – movidos por la esperanza y la fe profunda… “Que en el día de la destrucción nació el Mashíaj”.
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