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BEHAR-BEJUKOTAY

Foto del escritor: Rab MosheRab Moshe

Parashá Behar

En la parashá de Behar capítulo 25 versículo 14 está escrito: “…no afligirá un Hombre a su hermano…” y en el versículo 17 la Torá escribe“…y no afligirá un hombre a su compañero”.

Rashí interpreta que “…el versículo 14 la Torá se refiere a la aflicción monetaria, y el versículo 17 la Torá nos habla de la aflicción moral, es decir, que no se puede provocar angustia a otra persona. Y éste último es uno de los preceptos más importantes de la ética judía.

Rashí explica que aflicción moral se refiere a ofender a otra persona, o generarle una angustia.

El Talmud, en el Tratado de Babá Metzía, explica el concepto de Onaat Devarim (aflicción moral), y trae varios ejemplos para que lo podamos entender.

Una persona que cometió una mala acción y se arrepintió no se le debe recordar el pasado, esto sería aflicción moral. Si esta persona abrió una nueva página en su vida, nadie tiene derecho a recordarle lo malo que hizo.

El Talmud trae otro ejemplo, si una persona no tiene intención de comprar no se deben crear falsas expectativas al vendedor, ya que al hacerlo le estás generando una aflicción moral.

La Onaat Devarim está basada en el amor al prójimo, en ser sensible del otro.

La persona antes de hablar tiene que reflexionar y pensar si lo que va a decir es Onaat Devarim (aflicción moral), si esto que va a decir puede generar una ofensa, angustia ó aflicción al prójimo.

Nuestros sabios nos enseñan que el mundo se rige “Midá Kenegued midá”, como tú actúas con el prójimo, así D-s actúa contigo.

Cuando generamos sufrimiento a una persona, esto provoca que activemos sufrimiento hacia nosotros.

Parashá Bejukotay

Vayikra 26-27: “Y si no me escucharéis, y procediereis conmigo como que todo es casualidad” (Keri)

¿Qué significa la palabra Keri?

El Rambam (Maimonides) define Keri como la negación de la orquestación Divina de los eventos, viéndolos, en cambio, como sucesos accidentales.

“Pero si el pueblo no clama (a D-s) diciendo: Lo que nos ha ocurrido es simplemente un evento natural, y esta dificultad es casual, es un camino de crueldad que les hace continuar con sus acciones malvadas. (Hiljot Taaniyot 1-3)

La explicación del versículo es: cuando traigo dificultades sobre vosotros es para alentarlos a cambiar, si dices es casual, agregaré rigor por esa indiferencia (a la providencia Divina).

El Rambam comenta que ignorar la providencia Divina es “un camino de crueldad”.

¿Por qué lo llama crueldad, cuando el problema esencial en esta situación es herejía? El Rambam no necesita decirnos que es herejía, eso es obvio. En cambio, se enfoca en la raíz que causa la herejía: la crueldad, porque atribuir las experiencias dolorosas a la casualidad, posiciona a D-s como una figura paterna desinteresada y apática.

Sólo una persona cruel imaginaria que un padre deja a sus hijos a merced de los caprichos del destino.

Más aún, reducir las dificultades a meras ocurrencias accidentales asegura que las personas no se arrepientan.

NO HAY CASUALIDADES

El mensaje central de la parashá es que no hay casualidad. Nada simplemente “ocurre”. D-s dirige el mundo; todo lo que ocurre es un mensaje divinamente calibrado. Él se comunica constantemente con nosotros, y debemos detenernos y preguntarnos: ¿Qué me está enseñando D-s? pregúntate: “¿Qué debo aprender de esto?”.

No creas que es un hecho arbitrario, casual. En lugar de quejarnos o cuestionar los caminos de D-s, debemos enfocarnos en oír su mensaje y prestarle atención.

D-s controla todo lo que ocurre en tu vida, tanto los problemas como las soluciones.

Cuando Ashem envía un mensaje para llamar nuestra atención, es una expresión de su amor e interés.

Para escuchar correctamente el mensaje de Ashem, primero debemos conectarnos con la realidad de su amor por nosotros, y reconocer que su mensaje es para nuestro bien.

Cuando nuestra relación es de resentimiento y desconfianza, la acción es interpretada bajo ese lente negativo. Cuando la relación es de amor y confianza, esa misma acción es vista bajo una luz completamente diferente.

Todos somos receptores de una increíble abundancia de regalos de D-s: nuestra vida, nuestros hijos, nuestros hogares, nuestra comida, cada respiro que damos…es una lista infinita. El problema es que, a menudo, damos las innumerables bendiciones de D-s por descontado y olvidamos que somos receptores de preciosos regalos. Para sentir su amor, debemos realizar una pausa consciente y apreciar las demostraciones infinitas y contantes de ese amor. Al reconocer su involucración permanente en nuestra vida, tanto pasada como presente, podemos construir un contexto de amor para nuestra relación con D-s.

Este fue uno de los mensajes principales de D-s al pueblo judío cuando se presentó a nosotros en el Monte Sinaí. “Yo soy Ashem, Tu D-s, quien te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de esclavitud” (Shemot 20:2)

D-s podría haberse presentado diciendo: “Yo soy Hashem, tu D-s, quien creó los cielos y la tierra”. ¿Qué podría ser más impresionante que eso? Pero D-s no estaba interesado en jactarse de su poder. Quería mostrarle a su incipiente nación su compromiso, interés y amor. “Si, soy Yo, tu D-s, quien dio vuelta a la naturaleza para liberar a cada uno de vosotros. Quien los salvó y los liberó de la esclavitud”.

El siguiente ejercicio puede ayudarte a apreciar el rol activo y lleno de amor de D-s en tu vida personal. Si te tomas el tiempo para hacerlo, transformará tu relación con Él.

Escribe 50 bendiciones que tienes en tu vida (por ejemplo, tu olfato, tu pareja, tu salud…)

Ahora escribe 50 más (tu café de la mañana, la sonrisa de tu hijo…)

Cada día, escribe una nueva bendición que hayas recibido en tu vida. Hazlo durante un mes.

Al construir tu relación de gratitud, comenzarás a reconocer y valorar el amor infinito de Ashem por ti, que es el prerrequisito esencial para entender los mensajes que te envía.

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