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Shofetim

“Tamim tihyé im HaShem Elokeja” – “Serás íntegro con el Eterno, tu Dios”.

A primera vista podríamos pensar: ¿qué significa ser íntegro? ¿Acaso ingenuo, inocente, sin usar la cabeza? ¡Jas veshalom! Nuestros Sabios nos enseñan que temimut no es ingenuidad, sino plenitud. No se trata de cerrar los ojos a la realidad, sino de abrirlos con confianza en el Creador.

El Rabí Naftalí de Ropshitz nos revela un detalle hermoso: en el Sefer Torá, la letra Tav de la palabra Tamim está escrita más grande. ¿Por qué? Para recordarnos que cualquiera puede entrar en la integridad, incluso aquel que se cree demasiado “grande” o “sabio” como para vivir con sencillez.

Y vemos un ejemplo en Yaacob Avinu, llamado “Ish Tam”. ¿Acaso era un simplón? Todo lo contrario: Yaacob usó inteligencia y astucia en varios momentos de su vida. Pero su grandeza fue que, a pesar de toda su sabiduría, supo mantenerse íntegro, completo.

Esto nos lleva a una pregunta profunda: ¿vivimos desde la apertura y la confianza, o desde la cerrazón y el rechazo?Cuando HaShem ofreció la Torá a las naciones, ellas preguntaron: “¿Qué está escrito en ella?”. Israel, en cambio, respondió: “Naasé venishmá” – “Haremos y escucharemos”. Eso es temimut: aceptar con totalidad antes de diseccionar en partes.

La Jasidut enseña que esta capacidad de recibir algo entero, sin fragmentarlo, pertenece a la sefirá de Jojmá – la sabiduría primaria. Solo después viene Biná – el análisis y la comprensión. El desafío más grande para el judío es mantener la integridad incluso después de haber aprendido y entendido.Tal como Adam HaRishón: una vez que probó del Árbol del Conocimiento, ya no pudo volver a la inocencia original.

Se cuenta de Rabí Shimshón de Kinon, uno de los Baalei Tosafot, que solía decir: “Yo rezo con la mente de un niño”. Él nos enseña que hace falta ser muy sabio para llegar a rezar con sencillez.

Y esta es precisamente nuestra preparación para el mes de Elul y para Rosh Hashaná:Cuando escuchemos el shofar, ¿seremos capaces de recibir su sonido en su crudeza y simplicidad, antes de llenarlo de explicaciones y comentarios?¿Podremos pararnos frente a HaShem como un niño en brazos de su madre, incluso después de todo lo que sabemos?

La enseñanza para cada uno de nosotros es clara:El conocimiento es un regalo, pero la integridad es el desafío.El saber nos da profundidad, pero la temimut nos da la capacidad de estar verdaderamente delante de HaShem, completos, sin máscaras.

Que podamos entrar en este mes de Elul y escuchar el shofar no solo con los oídos de la mente, sino con el corazón íntegro, sencillo y pleno.

 
 
 

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