Nos acostamos en un mundo y nos despertamos en otro diferente. Disney ha perdido su magia, Paris ya no es romántica, Nueva York ya no se despierta. Los abrazos y besos se han convertido en un arma peligrosa, y no visitar a familiares y amigos en un acto de amor. De golpe, aquello que solo veíamos en películas, se hizo realidad, una pandemia global, contagiosa y mortal, se adueñó de todo el planeta.
Cada uno lo va encajando a su manera, si hay algo que ha mostrado el virus, es que todos, sin distinción de sexo, clase social o edad, somos vulnerables. Existen diversas situaciones límite, catástrofes debido al cambio climático, despidos improcedentes o cierre de empresas, como ahora, etc. Ante una adversidad tenemos dos opciones: sentir que hemos fracasado o sobreponernos y salir fortalecidos. De eso se trata la resiliencia. Es la capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas. Resiliencia implica reestructurar nuestros recursos psicológicos en función de las nuevas circunstancias. John Bowly, fue el creador de la teoría del apego, Boris Cyrulnik neurólogo, dio a conocer el concepto de resiliencia. No es una cualidad innata, se puede desarrollar a lo largo de la vida.
Las empresas españolas al ser interrogadas son resilientes, después de situaciones de crisis, manifiestan “lo hemos encajado bien” “nos hemos hecho más fuertes”, “la crisis nos ha permitido un crecimiento personal y profesional”, “Hemos reflexionado sobre necesidad de nuevo modelo cultural y de liderazgo”. Se han instalado nuevas formas de relación y comunicación. Nos encontramos con colegas, compañeros de trabajo y proveedores por videoconferencias. El teletrabajo antes rechazado, ahora forma parte de la “nueva normalidad”.
Vivíamos, hasta ahora, con una fantasía de control del “ordeno y mando”. Tememos al cambio, al diferente, a otros tipos de gestión y relación. Tenemos miedo a lo desconocido, por la incertidumbre que genera. Este periodo de reflexión, por el confinamiento, nos obliga a cambiar nuestras prioridades. La fortaleza no nos la dan las “cosas”, sino nuestra actitud vital y el tipo relación que establecemos con los demás.
Lo principal en los nuevos liderazgos, ya no es la visión, sino la contención. La gente que esta atenazada por el miedo y la angustia, no puede pensar con claridad. Quienes tienen puestos de responsabilidad y padres con hijos pequeños tienen que saber “cuidar del otro”. En psicología se alude a la relación con otra persona “que te ayuda a procesar los miedos y angustias existenciales”. Este término lo acuño Donald Winnicott. Significa que los padres estén disponibles sin ser demandantes, den respuestas sin ser reactivos, despierten la curiosidad, sin ponerlos en peligro. Según François Dolto, darles herramientas para que puedan afrontar “La dificultad de crecer”. De esta manera ayudamos a un crear un sentido de identidad fuerte en niños y adultos.
Freud decía que la neurosis es la incapacidad de tolerar situaciones de ambigüedad, e incertidumbre, en la “nueva normalidad “no queda otra que desarrollar esta capacidad. A por ello…
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