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Foto del escritorRab Moshe

Vayetzé

Bereshit 28-10: “Y Yaacov salió de Bersheva y fue a Jarán”

Yaacov sale de la Tierra de Israel para dirigirse a Jarán, enviado por su madre y bendecido por su padre. Allí se encuentra con Rajel. Labán le exige, a Yaacov siete años de trabajo para poderse casar con su hija Rajel.

Después de este periodo, Labán le da a Leah en lugar de Rajel; Yaacov se tiene que comprometer otros siete años más de trabajo para poderse casar finalmente con Rajel después de una semana de festejo, a causa de su boda con Leah.

En esta parashá aparece el nacimiento de los hijos de Yaacov, las tribus de Israel que formarán la futura casa de Israel. Cuando nace Yehudah, el cuarto hijo, está escrito en el cap. 19:35: “…concibió otra vez Leah, y dio a luz un hijo, y dijo: Esta vez agradeceré a D-s; por esto lo llamó Yehudah; y dejó de dar a luz…”.

¿Por qué se acordó Leah de agradecer a D-s justo cuando nació su cuarto hijo, ciertamente tendría que haber agradecido a D-s por el primero (Reuvén), por el segundo (Shimón) y por el tercero (Leví)?

Nuestros sabios explican, que Leah y Rajel conocían el proyecto de Yaacov, ya que éste les había comunicado por profecía que de él saldrían las doce tribus de Israel.

Yaacov se casó con Leah y Rajel y, además, tenía dos concubinas: Zilpá y Bilah. Leah hizo un cálculo: cada una de las mujeres tendría 3 hijos. Así que cuando Leah tuvo a Reuvén, Shimón y Leví lo vio como algo natural, porque ella pensaba que esos tres hijos eran su aportación a las tribus de Israel, pero cuando tuvo un 4º hijo percibió que su aportación iba a ser mayor, y por esa razón dijo “…ahora agradeceré a D-s porque este es un regalo mayor que todos. Los tres hijos son un regalo, pero es un regalo que entra dentro de la aportación de cada matriarca, pero el hecho de que tenga el mérito de aportar más a la formación de las tribus y de la casa de Israel en el futuro, eso me da un gran mérito, y me da un honor especial…”

Y esta es la explicación que da Rashí cuando interpreta el versículo de “…siendo que he tomado más de lo que me correspondía es por lo que tengo un motivo para hacer un agradecimiento especial…”

En esta parashá aprendemos que siempre hay que agradecer, pero cuando ocurre un acontecimiento especial, nuestro agradecimiento también tiene que ser también especial.

La palabra Yehudí que significa judío, proviene de la palabra Yehudah. Después de la destrucción del primer Templo, solo quedaron las tribus de Yehudah, Binyamín y Leví; pero siendo que la tribu de Yehudah era la más numerosa es por lo que nos llamamos yehudím.

Rajel sintió envidia en el momento del nacimiento de Yehudah, porque Rajel pensó que había perdido su parte, ya que Leah había tenido cuatro, y a Rajel no le correspondía tener más de dos.

Rajel fue a Yaacov y le dijo: “dame hijos”. Y Yaacov le contestó: “¿acaso yo estoy por encima de D-s?. “Rajel pudo concebir dos hijos: Yosef y Binyamín, para que ella tuviera su parte importante en el pueblo de Israel”.

El pueblo de Israel se configura como una familia. Está compuesto por doce tribus que salen de doce hermanos. Cada integrante del pueblo de Israel tiene que sentirse como parte de una gran familia.

Está escrito “todo el pueblo de Israel es garante el uno por el otro”, ya que el origen del pueblo es una familia, tenemos que ver al prójimo como nuestro hermano.

Este sentimiento de hermandad y solidaridad, va a acompañar al pueblo de Israel lo largo de toda la historia, cada uno va a sentir el dolor del otro como el suyo propio, y eso es lo que hace que pese al exilio, la distancia y los años que han transcurrido, cada judío siga sintiendo el dolor del otro judío, como si fuera su familia.

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